viernes, 8 de mayo de 2015

La curiosidad mato al gato


Hay cosas las cuales uno no quiere oir ni saber aunque de manera masoquista y enfermiza hay una pequeña voz, un pequeño ser quiza, que te incentiva a ver que hay más alla de esa puerta oscura y sombría que se encuentra entreabierta. 
“Ten cuidado con esa chiquita”, “Habiendo tantas chicas lindas...”, “¡Tu ex novia fue una perra!”
¿Entonces eso también me hace perra? Yo me hallo una persona, ni siquiera mujer, ser humano en general tan entregado que siempre hallo quien esta listo para herirme y hacerme sentir que a pesar que doy todo, esto no vale nada.
“No me digas, mejor no quiero saber”
Y tras decirme aquello con una sonrisa en los labios y los ojos chinos brillando,cual niño que espera ver la reacción tras ser descubierto, la presión se me baja. Pues no espero ser calificada de tal forma. No es la primera vez, pero quizá esta vez esperé ser defendida por quien quiero.
“No esperes nada de nadie”
Y que difícil es, pues cuando más se da pareciera que con menos te quedas y si el cariño no es igual pues se cumple que siempre la persona que ama es quien con menos se queda y quien más pierde.












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